7 Jerusalén y el Lugar Santo sean libres. Todas las armas que has
fabricado y las fortalezas que has contruido y ocupas, queden en tu poder.
8 Cuanto debes al tesoro real y cuanto en el futuro dejes a deber, te
sea perdonado desde ahora para siempre.
9 Y cuando hayamos ocupado nuestro reino, te honraremos a ti, a tu
nación y al santuario con tales honores que vuestra gloria será conocida en
toda la tierra.»